LA PRO-ACTIVIDAD EN LA GESTIÓN DE LA SALUD LABORAL
El esquema mental del médico es diferente entre una medicina curativa y una preventiva. El ejercicio de la medicina del trabajo no es lo mismo que la gestión en salud ocupacional. Este segundo se requiere un componente más integrador entre varias disciplinas.
Un criterio bien definido y que pocos médicos ocupacionales conocen cómo se lo aplica es el de ser pro-activo en la gestión de salud laboral. Muchas de las actividades médicas ocupacionales son realizadas como respuesta frente a una situación que ha ocurrido y no antes que ocurra. En este caso estoy refiriéndome a respuestas reactivas por parte del médico laboral.
Quizás esto se deba a que durante la preparación como profesional, el mensaje subliminal existente en la formación académica es que todos los que aspiran a ser médicos se forman para curar y no para prevenir. Hay un concepto errado, la ausencia de enfermos reduce la necesidad de médicos.
Recuerdo cuando yo realizaba mi año de medicina rural hace treinta años, el director del centro de salud nos solicitaba que incrementemos los informes estadísticos para justificar una partida presupuestaria. He ahí el gran error.
En la gestión de salud laboral la premisa que deben cumplir los médicos es ser pro-activos, y los resultados se dan cuando los empleados no se enferman como consecuencia a la exposición de los diferentes factores que se encuentran en el ambiente laboral. Recordemos que estamos frente a un grupo humano sano que día a día se expone en sus sitios de trabajo a diferentes factores que inciden en la salud. Mientras mayor es el tiempo con buena salud laboral, mejor será el estado de ánimo de los empleados en el trabajo y por ende mejor será la producción de las empresas.
El médico laboral debe ser vigilante de la salud laboral de sus empleados. El nivel de competencia es fundamental para este campo. No solo basta tener un título o nivel académico adecuado a la gestión. A esto se suma el hecho de tener conocimiento sobre lo que se debe gestionar, experiencia en el campo y el haber dado excelentes resultados de su gestión. Esto lo demuestra con una actitud pro-activa, creativa y de trabajo en equipo con las diferentes disciplinas encargadas de la seguridad laboral.
Muchos consideran que la vigilancia es exclusivamente hacer un examen médico laboral antes de iniciar una vida laboral, durante y al finalizar su vida laboral. Con esto únicamente se está cumpliendo una fracción de lo que representa la gestión de salud laboral.
El campo de acción del médico ocupacional es amplio y lo he definido en tres aspectos:
1. La prevención. En este tema, la actividad médica se la debe desarrollar en el puesto de trabajo de los empleados, experimentando con ellos la sensación de estar expuestos a los diferentes factores. Son los empleados los que proporcionan la información adecuada para en base a ella, diseñar planes de trabajo en búsqueda de los indicadores biológicos adecuados que detecten a tiempo alguna alteración de la salud. Y no debe ser una simple visita al puesto de trabajo como simple observador, debe haber una comunicación fluida entre ambas partes para que el empleado sienta confianza y perciba que se preocupan por él.
2. La promoción. Con las visitas a los puestos de trabajo y los comentarios obtenidos del empleado, el médico debe desarrollar el programa de charlas con temas relacionados a las consecuencias sobre la salud y cómo prevenirlas, sin dejar de lado temas de salud pública que pueden incidir en el rendimiento de un empleado. En alguna ocasión observé cómo un médico ocupacional dictaba una charla de Cómo evitar la hipoacusia ante la exposición de ruido laboral sobre los 85dB a un grupo de empleados que desarrollaban sus actividades en un ambiente donde los niveles de presión sonora laboral no excedían los 54dB.
3. La Vigilancia de la salud. Corresponde al conjunto de exámenes laborales que el médico debe realizar y solicitar para estar vigilante de la evolución ante la exposición de los empleados a los diferentes factores en el puesto de trabajo.
Como mencioné anteriormente, vigilancia de la salud no es sinónimo de la gestión que un médico ocupacional debe cumplir en una empresa. La planificación oportuna de lo que debe realizar debe incluir el conocimiento de todos los factores a los que se exponen los empleados. Esta información es la base de todas las actividades médicas laborales. El desconocimiento de este componente que está dentro de la prevención, no le permite al médico orientarse en lo que debe ejecutar como profesional de la salud ocupacional. La ejecución de estas actividades requieren un control adecuado y un cumplimiento en función de los tiempos disponibles tanto del empleado como de la empresa, siempre que no se perjudique la producción. Los resultados nos permiten a largo plazo, demostrar que la gestión es la adecuada cuando el control epidemiológico evidencia que la incidencia y prevalencia de enfermedades laborales es baja y esto nos lleva a una mejora continua o permanente.
Gestión Salud Laboral
viernes, 17 de febrero de 2017
domingo, 12 de febrero de 2017
CALISTENIA Y LAS PAUSAS LABORALES DESDE MI PUNTO DE VISTA
CALISTENIA Y LAS PAUSAS LABORALES DESDE MI PUNTO DE VISTA
Uno de los aspectos más importantes para desarrollar una tarea laboral en un puesto de trabajo asignado es la adaptabilidad entre el ambiente laboral y el sujeto ejecutor. El conocimiento de lo que va a realizar y en qué condiciones es fundamental para evitar lesiones acumulativas, en especial de las extremidades superiores y de columna vertebral, que son los sitios con mayor frecuencia de lesión. Un buen estado físico y mental prevendría a mediano y largo plazo el desarrollo de trastornos de la salud.
Es preocupante observar que aún en pleno siglo XXI existan empresarios que no se preocupen por el bienestar de sus empleados y que la única finalidad es la de producir para generar más ingresos dejando de lado la salud laboral.
En el presente escrito pretendo proporcionar alguna información de utilidad sobre el entrenamiento del cuerpo humano a través de la práctica física, alternando con el descanso, para potenciar todas sus cualidades como la fuerza, flexibilidad y resistencia de sus músculos y de esta forma prevenir los trastornos óseo-musculares, controlar la monotonía laboral, reducir el estrés ocupacional y propiciar la integración grupal.
Este entrenamiento del cuerpo humano debe ir asociado a un conjunto de ejercicios que trabajen con movimientos corporales para tonificar grupos musculares utilizando únicamente el peso del cuerpo, pudiéndose realizar en espacios no necesariamente definidos, valiéndose del equilibrio y el auto-control.
Estos ejercicios conocidos como CALISTENIA (viene del griego KALLO (belleza) y STHENOS (fortaleza) que significa “lleno de vigor”), y como los estoy relacionando con el trabajo, lo he calificado como CALISTENIA LABORAL.
En mi experiencia, este tipo de calistenia laboral proporciona a los empleados un estado de ánimo adecuado para iniciar la jornada de trabajo. El momento más adecuado para realizar la calistenia laboral es al inicio de los primeros 60 minutos de una jornada laboral y no debería durar más allá de tres a cinco minutos. Así mismo, cada vez que dentro de la jornada laboral las tareas se suspenden por más de 20 minutos, se deberían realizar estos ejercicios al retornar a las actividades normales del trabajo, periodo conocido por muchos como pausas activas.
Pero esto no debería quedar aquí. Adicionalmente y dependiendo de ciertas características de las tareas en especial en aquellas cuyos movimientos o gesticulaciones técnicas de las extremidades superiores son rápidos, similares o no y de cortos periodos de tiempo de ejecución (segundos), la jornada laboral debe combinarse con pausas pasivas.
En estas pausas no se deben realizar ejercicios de calistenia laboral. Se debe conceder un periodo de tiempo adecuado para que el empleado logre una recuperación muscular aceptable en aquellas tareas donde el resultado del proceso es un producto obtenido con movimientos corporales con altas velocidades de ejecución y sin descanso.
Otra opción que propongo es que cada cierto tiempo de tareas a altas velocidades de ejecución muscular, el empleado colabore con la empresa laborando en otras tareas que no impliquen altas velocidades de ejecución muscular, y viceversa.
Por último, los empleados deben aprender a respirar durante las tareas y la ejecución de las calistenias laborales para proporcionar suficiente oxigeno para los tejidos, especialmente el cerebral y muscular. Siempre deben comunicar al jefe inmediato la presencia de alguna enfermedad que pudiera complicarse o impedir la realización de los ejercicios o ser el causante de algún accidente grave o fatal.
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